La identificación de los árboles que aparecen en la obra de Virgilio es algunas veces complicada. Así sucede con el Aesculus mencionado en el libro II de las Georgicas. Este árbol ha sido identificado con el Esculus citado por Plinio y denominado Quercus Esculus por Linneo, sinónimo de Quercus petraea (roble albar). Pero esta atribución plantea la duda de que el epíteto de máxima y la descripción de un árbol que toca a la vez los Cielos y el Tártaro puedan corresponder a una de las más pequeñas especies de roble. Las versiones a las lenguas actuales son de lo más variado, por ejemplo Jaime Velázquez, en la edición de Cátedra, traduce Aesculus por carrasca (II, 16) y por encina (II, 291).
pars autem posito surgunt de semine, ut altae
castaneae, nemorumque Ioui quae maxima frondet
aesculus, atque habitae Grais oracula quercus.
pars autem surgunt de semine posito, pero una parte se elevan (nacen) de una semilla depositada (en tierra); ut castaneae altae, como los castaños elevados; aesculusque quae maxima nemorum frondet Ioui, y el quercus esculus que el más elevado de los bosques se cubre de hojas para Júpiter; atque quercus habitae oracula Grais, y los robles mirados (como) oráculos por los griegos.
Geórgicas II, 14-16
altior ac penitus terrae defigitur arbos,
aesculus in primis, quae quantum uertice ad auras
aetherias, tantum radice in Tartara tendit.
ergo non hiemes illam, non flabra neque imbres
conuellunt: immota manet multosque nepotes,
multa uirum uoluens durando saecula uincit,
tum fortis late ramos et bracchia tendens
huc illuc media ipsa ingentem sustinet umbram.
arbos defigitur terrae altior ac penitus, el árbol es plantado en tierra más elevado(más bajo) y profundamente; aesculus in primis, el quercus esculus entre los primeros (sobre todo);quae, el cual; quantum tendit uertice ad auras aetherias, cuanto se avanza con la cabeza hacia las auras etéreas; tantum radice in Tartara; tanto (se hunde) con la raíz hacia el Tártaro; ergo non hiemes non flabra neque imbres conuellunt illam, así ni las tempestades ni los vientos ni las lluvias no la arrancan; manet immota, permanece inmovible; uincitque multos nepotes y sobrepasa (por la edad) a muchos nietos; uoluens durando multa saecula uirum, haciendo avanzar (viendo pasar) numerosas generaciones de hombres; tum tendens late ramos fortis et bracchia huc illuc, pues tendiendo a lo lejos su ramas vigorosas y sus brazos aquí y allá; ipsa media sustinet umbram ingentem, el mismo en el medio sostiene (unas ramas que producen) una sombra inmensa.
Geórgicas II, 290-297